
VIVIR CON MIEDO
En mi camino de vida he vivido mil situaciones comprobando, en mi mismo, y en los demás, como el miedo se activa constantemente paralizándonos en todos los sentidos.
Hemos creado una sociedad donde pretendemos, por un lado, buscar nuestra seguridad a través de aspectos materiales y por otro, en “defendernos” del prójimo cuando nos sentimos atacados, olvidando el aspecto espiritual, que también somos, y que siempre está ahí para avisarnos que es importante.
Así vamos construyendo nuestra vida ya sea a nivel profesional como personal, en una carrera loca en busca de esa seguridad material y para ello, competimos, perseguimos, nos quejamos y caemos en el juego de reaccionar en lugar de reflexionar.
Vivimos con miedo en muchas de las vivencias que experimentamos; miedo a no ser aceptados, miedo a que nos rechacen, miedo a perder el trabajo, miedo a perder la pareja, los hijos, miedo a que crucen el umbral nuestros padres y seres queridos, miedo a la salud, miedo a no poder atender las responsabilidades que hemos asumido en esa búsqueda irracional de esa seguridad, miedo a equivocarnos, miedo a perder, a ganar, miedo a quedarnos solos, miedo a AMARNOS a nosotros mismos.
Es cierto que el miedo forma parte del ser humano, de hecho, es un mecanismo que hemos utilizado para sobrevivir, y lo seguimos utilizando como escudo de defensa para “protegernos” de lo que entendemos es una amenaza sin darnos cuenta de la oportunidad que nos ofrece la situación o el prójimo para irnos conociendo. Y en esa “huida” inconsciente hacia delante, nos vamos desconectando de nuestra esencia. Y así tarde o temprano, la frustración, soledad, tristeza, desesperanza se van apoderando de nosotros y nuestras vidas se van apagando.
Seamos valientes para aceptar el reto que nos ofrece ese “miedo” para recorrer un camino hacia nuestro interior, para conocernos, para transformarnos, comprendiendo que todo aquello que vemos fuera es un reflejo de lo que llevamos dentro y que, si queremos cambiar esa realidad que nos asusta o que nos enfrenta, primero hemos de cambiarla dentro.
En ese camino de transmutar ese miedo, vamos a encontrar fantasmas y dragones que nos pondrán a prueba y mis experiencias me han confirmado que, si somos persistentes, esa Luz que somos irá ganando espacio emergiendo nuestra esencia.
Tendremos que dejar ir, soltar pensamientos y actitudes arraigadas que surgen de algún lugar de nuestras profundidades. Nos dolerá, seguro, nos removerá y puede que nos sintamos perdidos, muchas veces.
Si entendemos que es tan solo una coraza que nuestro ego construye a cambio de una seguridad que es efímera y que nada aporta, paso a paso irán emergiendo sentimientos de compasión, humildad y la gratitud se hará presente, el velo se caerá y poco a poco la PAZ se irá instalando dentro de nosotros como el estado natural del Ser.
La mirada cambiará, el observador que somos, verá y su caminar será distinto, más libre, más flexible, habrá iniciado el camino para encontrar el Amor que uno es y al transitar las tempestades que la vida nos regalará lo hará manteniendo firme su timón, y lo más importante, para mí, vivirá una vida de plenitud y gozo.
Josep Maria Verdaguer López – Barcelona 18 de diciembre 2023
Mentor de Vida, creando desde el Alma
3 Comentarios
Hola José María, buena reflexión, gracias por compartirla y ayudarnos a interiorizar y darnos una visión de tu experiencia de vida que puede de una manera u otra a ir avanzando hacia adelante y hacia arriba. Un fuerte abrazo.
Gracias por compartir Josep, he aprendido con el tiempo que efectivamente, como mencionas, el miedo son pensamientos, la tarea que nos queda es identificar ese pensamiento origen del miedo, sin embargo el entorno en el que crecemos no nos enseña o promueve que nos observemos a nosotros mismos, siempre hacia afuera, de aquí lo valioso de tus reflexiones que nos invitan a ver hacia dentro de nosotros mismos, GRACIAS.
Gracias a ti, Miguel, son regalos cada encuentro para seguir aprendiendo juntos